Alpedrinha: un teatro para el rock y más



Desde la autoestrada que comunica Castelo Branco y Fundâo apenas se divisa la silueta de Alpedrinha. Hay que abandonar la vía antes de llegar a los túneles de Gardunha. Alpedrinha es un pequeño núcleo de casas de piedra por las que el tiempo, aparentemente, no pasa.

En Alpedrinha se celebra uno de los festivales anuales más sorprendentes de la geografía cantarranera. Chocalhos celebra por septiembre la cultura pastoril. Pero también se han celebrado algunas ediciones del Festival Aragens. Rock. En Alpedrinha existe un pequeño teatro. El Teatro Clube es el más antiguo de todo el distrito albicastrense.

Y en él se pueden ver montajes escénicos, obviamente. Pero el Teatro Clube de Alpedrinha llega a estas páginas porque es uno de los lugares por el que pasan los grandes nombres de la música del otro lado de la Raia.

Es sorprendente. Por todo. Alpedrinha no pasa de 2000 habitantes. El Teatro Clube existe desde 1894. Como era de esperar hubo instalaciones anteriores. El fuego acabó con algunos de ellos.

Pero hoy te puedes hacer socio para asistir a los conciertos programados. Un grupo de entusiastas programa un panorama sonoro que es la envidia de toda la Beira. Si quieres estar al día de la fantástica escena musical que se cuece en Braga, Oporto, Coimbra o Lisboa, puedes acercarte a Alpedrinha cualquier fin de semana.

Y si tienes suerte, puedes escuchar a The Happy Mess, o First Breath After Coma, o al fantástico Tiago Bettencourt, o Rita Redshoes, o Jorge Palma, o Ciclo Preparatório, o A Beta Movement o Dear Telephone. Y si tienes más suerte aún puedes coincidir con Peixe: Aviâo y Long Way to Alaska. Palabras mayores para un fin de semana de lujo. Después de jugar unas partidas de futbolín, puedes subir hasta el Palácio do Picadeiro y recordar los rastros trashumantes de la vía que pasa por la puerta del palacio y que nace en el lavadero de los Barruecos para llegar a morir entre las nieves de la Serra da Estrela.



Oeste. 23/04/20015.
Disco photo Pai.gif